14/1/08
Raphael Sorel
Al igual que un experto esgrimista que, sabiendo de su superioridad, suelta su espada y agarra un garrote para destrozar el espinazo a cuatro pandilleros en un callejón, es perfectamente legítimo que alguien utilice un argumento distinto a lo que piensa y claramente inferior o, por qué no, falso. Y perfectamente podrá derrotar a sus interlocutores con un arma de ese estilo.
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1 comentario:
Te amo. Milmil :D
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