23/4/08

Una Noche Cualquiera

-JULIAN

El sacerdote dejó de recoger los enseres de la misa, sobresaltado por la omnipresente voz que llenaba la iglesia. Se giró para contemplar maravillado la deslumbrante luz aparecida detrás de él. Cayó de rodillas, fascinado, murmurando.

- Cristo y Señor, Cristo y Señor! Eres tú!!
- SOY YO, JULIAN. HE VENIDO A HABLAR CONTIGO.
- Soy tu Siervo, Señor!! Manda y yo te serviré!!
- NO QUIERO QUE ME SIRVAS, JULIAN. SÓLO QUIERO QUE RENUEVES TU PACTO DE FE. QUE ME REITERES TU ADHESIÓN Y FIDELIDAD.
- C... Claro, Señor! Siempre estoy a tu lado, camino contigo! Soy tu servidor por toda la Eternidad, lo juro!

La luz se hizo más tenue, y fue descendiendo cerca del sacerdote. Entonces, vislumbró la figura de su interlocutor. No se parecía nada a la imagen que Julian se había hecho de Dios en su cabeza. De hecho, parecía todo lo contrario.

- Y ahora, Julian... Te contaré un secreto...



Mientras la Iglesia ardía a sus espaldas, Raziel se ajustó los puños de la camisa.

- Ahora un par de cervezas en la Puerta del Infierno... Y la noche habrá sido perfecta.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te molas eh? :P

Anónimo dijo...

AWANAWANGA!!!

Dama Blanca dijo...

No todos tenemos la suerte (o no) de molar a los demás, tenemos que molarnos solitos :P

Y me pinto el pelo con rotulador dijo...

Josito molas!