13/11/08

El Compositor

Disfrutando del silencio, Julián caminaba despacio, solo. Al poco, dejó de andar para no escuchar el rozar de sus pies con la hierba. Se sentó a la sombra, pues no quería oír el crepitar del sol. Estrujó a la mosca que se le posó en la rodilla, colgó su chaqueta del árbol para no soportar el sonido del viento mesando su pelo, y se desató los cordones, sordo ante su tensión.

Julián se colgó de un árbol par evitar incluso sus pensamientos. Sus pies, inertes y balanceándose de un lado a otro, no sonaban.

Julián sonrió por última vez. Disfrutando del silencio.

2 comentarios:

Bardo Loco dijo...

¡Qué suerte! A el no le pitaban los oídos.

Bardo Loco dijo...

A él. Maldito teclado.