Lloro muy poco, y hasta ahora siempre por alguien de mi especie.
No sé si voy a volver a verte. No sé si debo volver a verte. No sé si puedo volver a verte. Quizá hasta ahora era mi turno, y ya pasó. Pero tampoco quiero despedirme de ti. Quiero acariciarte una vez más, agacharme a rozar mi cara con tu lomo, hacer como que te ignoro, que me revuelques por el suelo, que intentes chuparme, sacarte a que bebas de los charcos y a saltar el tronco, que sé que te encanta. Me conformaría con una vez más. ¿No me crees, verdad? Y tienes razón. Sabes que nunca podría irme de tu lado sabiendo que es la última vez. Porque si ya me matas cuando lloras porque nos vamos una semana, imagina cómo me sentiría.
Eres muy lista, y ya sé que me estarás adivinando el pensamiento. Sí, es verdad, también quiero estar contigo por lo que significa con ella. También lo estoy pasando mal por eso. Soy menos generoso que tú. Supongo que de alguna manera también te estoy utilizando, pero así somos mi especie. Por favor, perdóname. Pero te quiero, te prometo que te quiero mucho. De eso no dudes nunca. Si no vuelvo no es que me haya olvidado de ti, de veras.
Sé fuerte, por favor. Y sé feliz, muy feliz.
Nunca voy a olvidarte.
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